Una red social interna no es una intranet ni un portal del trabajador, en la que la interacción no existe y el contenido es más o menos estático. Tampoco hace referencia a la actividad en redes sociales de la organización. Son entornos cerrados, con la misma premisa de comunicación bidireccional, de compartir información en tiempo real y de participación que las redes sociales generalistas, pero a las que solo pueden acceder personas relacionadas con la organización. Es decir, los miembros de la propia empresa, colaboradores, socios o clientes o personas implicadas en el desarrollo o impelementación de un producto o servicio. ¿El objetivo? Facilitar un espacio de participación y diálogo desde la horizontalidad.
Una red social interna se convierte así en una herramienta colaborativa en la que el feedback es constante y muy valioso. Resulta especialmente útil cuando el equipo está deslocalizado, porque permite crear entornos de colaboración online, salvando distancias físicas y horarias.
6 ventajas de las redes sociales internas
Suponen, sin duda, todo un cambio en la forma de plantear las relaciones dentro de la empresa. Ubicar a las personas en el centro y generar un fuerte sentimiento de comunidad, poner el valor el conocimiento y la creatividad y huir de las jerarquías son algunas de las claves. Además:
Son un canal perfecto para la comunicación interna
Las redes sociales internas son herramientas ágiles, que permiten abrir debates y compartir recursos a cualquier miembro del equipo. El resto podrá opinar u aportar. Es decir, la conversación y la escucha activa se convierten en protagonistas. Se incrementará además el sentimiento de pertenencia y se cohesionará el grupo. Además, las personas que no estén físicamente en la oficina tendrán la oportunidad de sentirse presentes e interactuar con sus compañeros.
A diario, los miembros del equipo se encuentran con problemas y necesitan soluciones rápidas. Sucede con frecuencia en los departamentos de servicio al cliente y ventas. A través de las redes sociales corporativas pueden plantear dudas y recibir respuestas de compañeros al momento, independientemente de la ubicación de cada cual.
Nos hacen más productivos y eficaces
Al fomentar una cultura abierta, participativa e innovadora, la motivación y el compromiso del equipo aumentará. Esto es fundamental para la productividad. Pero, además, el poder tener conversaciones públicas y compartir documentos de trabajo importantes con seguridad y sin el ruido del e-mail o de las redes sociales generalistas es otra gran ventaja que favorece la productividad. A esto hay que sumar que la mayoría de las herramientas de redes sociales corporativas permiten crear subgupos o chats de equipo para facilitar el día a día.
Además, cuentan con potentes buscadores que permiten acceder a la información compartida con anterioridad, sin necesidad de bucear en el e-mail. Es decir, reemplazan los hilos de correo electrónico, que consumen mucho tiempo sin ser realmente prácticos.
Suponen un ejercicio continuo de transparencia
Con una red social interna todos puedan saber a qué se dedican otros equipos con los que a priori no hay conexión. Además, permitirá dar visibilidad al trabajo propio y poner el valor el de los compañeros. Asimismo, con su uso cotidiano surgirán puntos de encuentro y colaboraciones entre departamentos, evitando duplicidades y fomentando una colaboración activa.
Se convierten en un completo archivo
Cualquiera puede acceder a los documentos corporativos más relevantes, recursos, noticias, informes, etc. Todos los elementos se conservan de manera centralizada, algo muy útil para las nuevas incorporaciones, que podrán familiarizarse con la forma de funcionar de la empresa y entender la cultura corporativa. La red social interna es, por tanto, un muy buen complemento del manual del empleado.
Ayudan a poner en valor el talento
A través de una convocatoria en la red social corporativa se puede saber rápidamente quién está disponible para cubrir una necesidad concreta. Así, se podrá resolver de forma interna una tarea para la que, por ejemplo, asumimos que hay que contratar a alguien externo.
Es una herramienta segura
La mensajería instantánea o el chat de Facebook no son los lugares para comentar temas relacionados con la empresa. Al redirigir las conversaciones a entornos propios, se puede hacer un seguimiento para asegurarse de que las políticas internas son respetadas. También es posible que haya distintos niveles de privilegios para los usuarios, para proteger al máximo la gestión de documentación sensible.
Hay que tener en cuenta que no basta con implantar la red social corporativa, es necesario plantearla correctamente y, sobre todo, atraer al equipo para que la utilice. Es decir, lo importante no es tanto la herramienta, si no generar interacción y trabajar el engagement. En Notorius Comunicación somos una agencia de comunicación corporativa en Madrid que puede ayudarte a diseñar una estrategia de comunicación interna e incluir en ella una red social corporativa para tu organización.