Conseguir un equipo humano comprometido e implicado en el proyecto es la mejor manera de retener el talento. Las causas del abandono de los empleados pueden ser múltiples pero, sin duda, un factor clave es la falta de confianza en la organización.
Mejorar la transparencia es el primer paso para conseguir un entorno de confianza. Es decir, trabajar para que la información sea accesible para todos y que fluya de forma clara y completa entre los distintos departamentos. Es claramente una acción voluntaria, pero resulta un compromiso muy aconsejable para cualquier tipo de organización.
Conseguir mayor participación, acercar a los líderes e implantar redes sociales internas son solo tres de las muchas herramientas para aumentar la confianza del equipo. En todas ellas, la comunicación interna es esencial.
Promover un liderazgo cercano
Los encuentros que fomenten la conversación entre los empleados de distintos niveles y los miembros de la dirección son un instrumento muy útil para generar transparencia. Permiten la interacción, la puesta en común de dudas, la presentación de proyectos de futuro, etc. Además, salirse de los encorsetados comunicados oficiales y transmitir en vivo las novedades es un punto más a favor de la confianza.
Estas reuniones son una ocasión excelente para comunicar información que los empleados no podrán recibir de otra fuentes o por otras vías. Así, se establecen relaciones de confianza, se crea equipo y se estimula el sentido de pertenencia.
Fomentar la participación y el compromiso
No es sencillo establecer dinámicas participativas cuando la tónica siempre ha sido la contraria. En ocasiones hay que romper el hielo e impulsar la interacción. Lo primero es indicar con claridad que se pretende fomentar la participación. Pero, además:
- Descubrir qué impide a las personas intervenir cuando se les invita a ello.
- Proponer temas concretos y bien delimitados, huyendo de cuestiones complejas o abstractas. Señalar temáticas clave es esencial.
- Otorgar tiempo a las intervenciones de los empleados y restar a las presentaciones. El “solo 5 minutos más” limita muchísimo la participación.
- Establecer sistemas de votación, ya sea con apps móviles o a mano alzada.
- En ocasiones ser el centro de atención de un grupo grande tiene demasiado peso. Por eso proponer encuentros de grupos reducidos, informales en la pausa del café puede ser una buena forma de pulsar las opiniones de los empleados que, de otra forma no intervendrían. Un portavoz del grupo transmitirá posteriormente a todo el equipo las conclusiones.
- Plantear las preguntas con inteligencia: abiertas, que den opción a responder de forma personal enriqueciendo la cuestión. Así se animará más gente a participar puesto que perderá el miedo a equivocarse.
Redes sociales internas: productividad y trabajo colaborativo
El uso de las redes sociales y la transparencia están muy vinculados. Emplear redes sociales internas puede impulsar a los empleados a conectarse entre sí, a compartir ideas y encontrar soluciones en común.
¿Qué son?
Pueden sustituir a la Intranet o el portal del trabajador, aunque también es posible que se integren como una funcionalidad más, otorgando un papel protagonista a los empleados. Las redes sociales corporativas pueden ser de desarrollo propio, una adaptación de herramientas ya existentes o el uso de plataformas como Yammer. Con su implantación se descentraliza la comunicación, que pasa a ser horizontal. Cualquiera puede iniciar o participar en una conversación, compartir información y colaborar. Las redes sociales internas son una pata más de la transformación digital de las organizaciones.
¿Para qué sirven?
Los mails internos, los comunicados y las revistas apenas generan engagement. Además, ante el cambio generacional, se hace necesario repensar la forma de comunicarse, así como incorporar herramientas nuevas. Eso sí, antes de plantearse instaurar una red social interna, es aconsejable consultar a los empleados cómo cómo debería ser el uso para que se sientan respaldados en su día a día.
Las redes sociales internas son muy útiles para detectar a los líderes de opinión y para fomentar el employee advocacy. Sirven para dar visibilidad al trabajo y los logros de los empleados, algo que aumenta la satisfacción. Además, pueden ser muy prácticas para facilitar la comunicación cuando hay personas del equipo que trabajan de forma deslocalizada. También sirven para apoyar a las personas freelance que colaboran con la empresa, así como para crear conocimiento común y compartirlo.
¿Cómo implementarlas con éxito?
Es necesario conocer cómo son los trabajadores y cómo prefieren comunicarse. Preguntarles qué redes sociales usan en su vida personal dará pistas.
Hay que tener en cuenta que al principio costará que utilicen la herramienta. Por eso es necesario dar formación y educar en su uso. Además, hay que plasmar casos de éxito, poner énfasis en la utilidad poniendo ejemplos de buenos usos (fomento del trabajo colaborativo, agilidad, estar al día rápidamente), premiar la participación y elegir embajadores (los usuarios avanzados que puedan motivar a sus compañeros), entre otras acciones.
Conocer cómo son las relaciones entre los profesionales, qué líderes informales existen, cómo circular la información… son datos que servirán para estructurar, dar forma y dinamizar la red social interna y que tenga éxito. Hay que tener en cuenta que se usarán si son útiles y aportan algo que la comunicación por otros canales no tienen.
Un cambio en la cultura corporativa
Los entornos jerárquicos, poco participativos y resistentes al cambio, suelen tener más complicado implantar las redes sociales corporativas. Además, puede haber cierro recelo de entrada ante el temor de que el resto de compañeros perciban la participación en estas redes como una pérdida de tiempo de trabajo. Otra barrera será la comodidad: si emplean Whatsapp para comunicarse, ¿por qué hacerlo ahora a través de una herramienta nueva?
Como sucede con todos los cambios culturales, no basta con esperar a que se produzca tras implementar la red social corporativa. Es más bien al revés; de hecho, el uso de estas redes deben ser apoyadas por la dirección, que debe ver que serán especialemnte efectivas cuando hay muchos canales internos.
No hay que perder de vista que las redes sociales corporativas son solo una herramienta más de comunicación interna, no un fin en sí mismas. Para alcanzar un entorno de confianza y transparencia no basta con implantar algunos cambios aislados; se hace necesario un cambio total en la cultura de la empresa. Notorius Comunicación es una agencia de comunicación corporativa en Madrid especializada en acompañar a las organizaciones en el proceso de mejora de su comunicación interna. Si quieres saber más sobre cómo generar confianza en tu organización, contacta con nuestro equipo.